¡Ni una menos!
¡Ni una menos!
Por: Irene Montiel
¿Qué harías tú si tu hija, tu hermana, tu esposa, tu madre o tu nieta desaparece? ¿Qué no estarías dispuesta a hacer para encontrarla?
Esas preguntas nos las hacemos muchas de nosotras, sobre todo cuando casi diario hay una noticia donde una niña o una mujer está siendo buscada.
Podemos decir que al respecto, hay tres realidades dolorosas en el Estado de México
La primera es que ser mujer es cada vez más difícil en un entorno machista que nos ve como objetos desechables, que nos violenta porque sabe que muy pocos tienen consecuencias y que nos desaparecen porque siempre habían contado con nuestro silencio.
Y no es para menos el miedo que millones de mujeres experimentamos a diario, según datos del INEGI, el 78.7% de las mujeres de 15 años y más del Estado de México han experimentado algún tipo de violencia.
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La segunda realidad es que muchas veces es en casa, otras tantas en el trabajo, muchas otras en la calle e incluso en estadios, teatros o parques. No hay un lugar seguro para nosotras.
Tengo una hija, mis amigas y compañeras de partido tienen hijas, nietas, sobrinas y todas son propensas a ser violentadas y lamentablemente más de una lo será.
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La tercera realidad es que la tasa de feminicidios no se detiene y no hay una estrategia clara para combatirlos. Los tres órdenes de Gobierno destinan recursos para combatir la violencia de género pero no hay resultados. Nos siguen desapareciendo.
Aquí es donde surge la pregunta. ¿Qué podemos hacer?
Hoy en día hay dos proyectos para gobernar el Estado de México y en uno de ellos podemos encontrar empatía hacia nosotras porque también fue víctima y tuvo la suerte de regresar de un secuestro.
Pero la empatía no hace nada por sí misma, la respuesta está en el trabajo en equipo.
Mucho se habla de la coordinación que debería haber entre gobiernos federal, estatal y municipal, pero muchos obvian que también las Universidades pueden aportar su granito de arena. En las aulas y foros que se organizan en las universidades públicas y privadas hay cientos de nuevas y revolucionarias ideas para combatir la violencia de género.
Otro gremio que se debe sumar es la iniciativa privada. Coordinados, podríamos lograr espacios seguros en las zonas industriales donde – adivinaron-, también se ejerce violencia contra nosotras.
Por último, debemos escuchar a las organizaciones civiles. Pero escucharlas, no sólo es recibirlas y tomarse la foto con ellas. Todas esas madres que buscan a sus hijas también representan investigación, identificación de puntos rojos e incluso han logrado exponer redes criminales.
Creo que si todos nos coordinamos, podemos reducir la violencia que nos ahoga, ¿y les digo algo? Vale la pena el intento, se lo merecen nuestras hijas, nuestras sobrinas y nuestras nietas y se lo debemos a quienes ya fueron -y fuimos- víctimas.
¡Ni una menos!
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